Minuto 67. Holanda presiona y la Argentina
se defiende con uñas y dientes. Cecilia Rognoni
intercepta la bocha en el área y sale despedida hacia adelante.
La defensora nacional avanza y avanza... Cruza la mitad de la
cancha, disputa la posesión con una oponente y triunfa. Avanza
y avanza... Llega al borde del semicírculo contrario y saca un
tiro bajo que merece convertirse en el cuarto gol, pero el pie
izquierdo de la arquera se interpone y frustra la conquista,
mientras Rognoni y su acalambrada pierna derecha se lamentan.
Ese temple imperó en el espíritu de las
Leonas , que, por primera vez en la historia, ganaron el 9°
Champions Trophy al superar ayer a Holanda por 3-2, en
Amstelveen, ante 7500 holandeses que terminaron reconociendo el
gran éxito que puso al hockey argentino en la cima mundial.
Nada menos.
Las campeonas llegarán mañana a nuestro país,
a las 6.30, por British.
Vertiginoso ritmo impuso en los primeros
tramos del encuentro la selección, apoyado en la solidez de
Rognoni, la versatilidad de Aymar y la sincronización
colectiva, a partir de una abrumadora posesión.
A los 9 minutos se generó el primero de los
tres córners cortos en favor de las subcampeonas olímpicas. A
los 13, el segundo, que desembocó en la primera y lujosa
conquista albiceleste: Rognoni amagó lanzar y buscó a
Aymar, que le devolvió la gentileza para que la central
protagonizara el primer festejo. Y sólo 60 segundos más tarde,
el tercer corto, a través del cual se colocaron 2 a 0: esta vez
engañó Aymar, que abrió hacia la izquierda para Rognoni; su
disparo rebotó en el palo de una adversaria y dejó en
inmejorable posición para marcar a la atenta Margalot .
Cinco minutos notables de las argentinas y fatídicos para las
dueñas de casa.
Sin embargo, el dominio de las Leonas mermó
y la guardavalla Antoniska debió intervenir por primera ocasión
y con el pie (sucedió recién a los 18 minutos). Parece
desinflarse la energía felina. Surgieron los errores no
forzados, pero las holandesas no tuvieron imaginación para
crear situaciones peligrosas y la intensidad rítmica se diluyó.
Los mayores sustos para el seleccionado se
generaron en el ocaso del primer período. Antoniska volvió a
despejar con sus pads un riesgoso ataque anaranjado, tras una
acción producida luego de la tarjeta verde recibida por Gulla,
y, a los 31 minutos, llegó la hora para los tres cortos
consecutivos de Holanda. Todos bien resueltos por las Leonas,
que realizaron un veloz contraataque sin poder terminar en la
red.
Así, con La Naranja Mecánica ansiosa
y la Argentina mesurada, se inició el emocionante complemento.
Las palpitaciones aumentaron primero con el descuento holandés
en el quinto corto local y luego con la brillante jugada de Masotta
: pase por derecha de Hernández mediante, la capitana arrancó
detrás de la mitad de la cancha, una oponente le robó la bocha
antes de ingresar en el área, pero la recuperó tirándose al
piso, desde donde anotó el único tanto del torneo que no nació
de un corto.
El gol inmediato de Boomgardt no hizo más
que fortalecer anímicamente a las deportistas de nuestro país.
Se necesita de Gambero para recuperar la pelota en la línea
media y ella llegó a cumplir con su voluntariosa tarea,
mientras Sergio Vigil, al borde del campo, ya está listo para
salir disparado a abrazar a sus obedientes pupilas.
La chicharra final encontró a Aymar cuidando
de la bocha, protegiendo el valioso prestigio que la Argentina
acababa de consolidar en Amstelveen. Allí donde las Leonas sonríen
como las nuevas monarcas del hockey mundial. Sin discusión
.