LUCIANA AYMAR (LUCHA) 
MEJOR JUGADORA DEL MUNDO 2001!!!!
NUESTRO ORGULLO!!!!

DIARIO CLARIN 16-03-2002

HOCKEY SOBRE CESPED: UN DIA CON LA MEJOR JUGADORA DEL MUNDO
Aymar íntima
La familia y los amigos están en el primer lugar de su escala de valores. Sencillez, humildad, esfuerzo y un corazón enorme son las virtudes de una rosarina que es uno de los símbolos de Las Leonas.

Mariano Ryan. DE LA REDACCION DE CLARIN.

 
 
EN FAMILIA. LUCIANA AYMAR, SUS HERMANOS CINTIA Y LUCAS Y SUS PADRES RENE Y NILDA. LA TALENTOSA VOLANTE DEL SELECCIONADO SUBCAMPEON OLIMPICO TIENE EN SU CASA A SU LUGAR EN EL MUNDO. (Foto: Carlos Carrión)




El calor sofoca en este rincón de Rosario. El sol está en lo más alto al mediodía y apenas un grupito de chicos se anima a andar en bicicleta por calles tranquilas y con sombra de árboles añosos. Es el lado noroeste de la ciudad. Es Fisherton. Un viejo suburbio rosarino que se convirtió en zona residencial. Y en el corazón de ese barrio, a unas 35 cuadras del aeropuerto, desde una casa cómoda de dos plantas, con pileta en el pequeño jardín del fondo, el teléfono no ha parado de sonar en los últimos 10 días. Es que allí vive Luciana Paula Aymar, que a los 24 años es la número 1 del mundo en lo suyo. Y lo suyo, se sabe, es jugar al hockey sobre césped. Perdón, es algo más que eso. Es transmitirle a la bocha a través del palo toda la habilidad que, seguramente, a ella no le surge del cerebro. Eso no puede ser posible. Porque a ella el talento parece nacerle desde la sensibilidad de su corazón.

Pero la Luciana Aymar deportista de elite, plata olímpica en Sydney 2000 y mejor jugadora del mundo en la temporada pasada ya es reconocida. Lo interesante, entonces, pasa por conocer a la otra Aymar. La que puertas adentro también es Lucha pero muchas veces Laucha o Pipi. La tercera hija de René y Nilda, la hermana de Fernando, de Cintia y de Lucas, la amiga de Ayelen (Stepnik, compañera suya en Las Leonas), Gigi, Silvina, Mecha, Titi, Carla y Agustina. Ella, mejor que nadie, que empiece a definirse, entonces: "Básicamente soy muy apurada. Estoy de un lado para el otro, toda la semana viajando. Los lunes me voy a Buenos Aires a la madrugada y vuelvo a la noche. Los martes estoy en Rosario, estudio educación física en el Instituto General San Martín y entreno con mi club, el Jockey. El miercoles y jueves vuelvo a Buenos Aires. Regreso a la tarde y el jueves practico con el club. El sábado juego y el lunes, de vuelta a empezar. Todo eso, por ahora, lo hago en micro. Gracias al premio que recibí parace que ahora me van a dar pasaje en avión".

—Más allá de eso así se te debe hacer imposible conseguir novio.

—Siempre fue difícil ese tema. Tuve novios de acá, de Rosario, chicos que fueron muy compañeros conmigo, pero nunca tuve una relación muy larga. Además no soy de engancharme mucho y no me tocó enamorarme todavía.

—¿Es algo que te obsesiona a esta altura de tu vida?

—Me gustaria estar con alguien. Pero no sé si podría dedicarle tiempo con todo lo que tengo para hacer. Por otra parte todavía no me enganché con el tema de la familia, los hijos y esas cosas.

—La rutina de viajar a Buenos Aires dos o tres veces por semana prácticamente la estás cumpliendo desde 1993. ¿Alguna vez tuviste ganas de decir "Basta, hasta acá llegué"?

—Tuve muchos bajones. Sentía que dejaba muchas cosas por ir a entrenar con los seleccionados y, de hecho, la época de empezar a salir a con mis amigas no la viví. Con Ayelen y en los últimos años con Soledad García sufríamos por estar encerradas en el CeNARD. Las chicas nos invitaban a sus casas pero nosotras éramos un paquete.

—¿Cuál fue el peor momento?

—El peor fue después del Champions Trophy del 2000, antes de los Juegos Olímpicos, cuando salimos cuartas. Me agarró el bajón y tuve ganas de dejar todo. Lo hablé con mi familia, que me decía que no podía seguir así porque no me aguantaba la cabeza, con mis amigas, con Cachito Vigil (el director técnico de Las Leonas), con las chicas del seleccionado. Y seguí.

—¿Nunca te ofrecieron jugar en Buenos Aires?

—Cecilia (Rognoni) me dijo de ir a Ciudad de Buenos Aires. Pero no acepté porque soy muy familiera y porque quiero seguir jugando en el Jockey de Rosario, con mis amigas y mi hermana. Además, creo que tampoco me fui de bronca con la Confederación. Porque hace años que estoy viajando y me molesta que nunca se hayan hecho cargo consiguiendo pasajes en avión o un hotel.

—Nombraste a tu familia y a tus amigos. ¿Qué importancia tienen todos ellos en tu vida?

—Ellos son lo más importante. Para mí un día ideal es un domingo en casa, comiendo un asado y charlando con las chicas en la pileta.

—Pero te gustará salir.

—Sí, a bailar o a tomar algo. Pero prefiero un plan más tranquilo, con un grupo chico de gente, escuchando música. ¿Qué tipo de música? De todo un poco: música americana y de acá. algo de cumbia.

—¿Qué recuerdos te trae tu infancia?

—Mis padres nos inculcaron el amor por el deporte y el estudio. Con los cuatro pasó lo mismo. Por eso me acuerdo del colegio y de Fisherton, mi primer club. Aquellos años fueron bárbaros. Eramos una banda e íbamos a los partidos en un colectivo viejísimo. Jugábamos sin presiones en una cancha que era un desastre y compartía mucho, mucho tiempo con mi hermana.

—¿Cuál es el recuerdo más lindo de tu vida?

—Más allá del casamiento de mi hermano con Soledad, varias de las grandes alegrías tienen que ver con el hockey: cuando mis padres me acompañaron al Mundial junior de Corea, cuando Cintia fue conmigo al Mundial de Holanda en el 98, haber estado con mi mamá en Sydney. Incluso las lágrimas de la final olímpica fueron de alegría.

—¿Y una tristeza?

—(Piensa un momento) La muerte de mi abuelo (se le llenan los ojos de lágrimas) y una pelea con una amiga muy cercana.

—Sos de manifestar tus sentimientos, ¿no es cierto?

—Sí, mucho. No me cuesta nada que la gente se dé cuenta cómo estoy.

—¿Cómo te ves dentro de 20 años, cuando el seleccionado ya sea un recuerdo para vos?

—Me gustaría entrenar algún equipo del Jockey y estar trabajando de profesora de Educación Física. Y seguir junto con mi familia y mis amigas.

Ellos —la familia y las amigas— la miran y no dejan de mirarla. Y ella, Luciana Paula Aymar, se emociona al nombrarlos. Como emociona su hockey. Que nace de un corazón enorme. Sólo así se entiende lo que es capaz de hacer adentro de una cancha.

 

HOCKEY S/ CESPED: PURA FE PARA QUE ARGENTINA LOGRE SU PRIMER TITULO
"Vamos a jugar y a ganar la final del Mundial"

ROSARIO. ENVIADO ESPECIAL.

 

Después de transformarse en el mejor seleccionado de 2001, Las Leonas tendrán que empezar a confirmar en esta temporada las razones que las llevaron a ese lugar que ocupan en el mundo. Más allá de un par de amistosos en Argentina y de alguna gira al exterior, los dos compromisos clave llegarán en la segunda mitad del año: del 23 de agosto al 1° de setiembre defenderán el título del Trofeo de Campeones en Macao, China, y del 24 de noviembre al 8 de diciembre integrarán el grupo A del Mundial en Perth, Australia, con la chance cierta de lograr el título por primera vez en la historia.

"Pongo las manos en el fuego: vamos a jugar y a ganar la final del Mundial", lanza Aymar, plena confianza.

—¿Qué te lleva a asegurar eso?

—Todo lo que logramos en los últimos tiempos nos dio una motivación extra para encarar todo lo que se viene.

—De afuera, en los entrenamientos y en los partidos, Las Leonas parece un equipo muy unido. ¿Es tan así?

—No somos todas amigazas de fierro y como en todo grupo acá también hay subgrupos. Algunas tenemos pensamientos encontrados, nos enfrentamos y nos peleamos. Pero las cosas nos las decimos de frente para solucionar los problemas.

—¿Cómo toman las chicas de perfil más bajo la alta exposición mediática que están teniendo jugadoras como vos, Rognoni, Oneto o Aicega?

—Nunca sentí celos de alguien ni algo por el estilo. Yo tampoco estuve celosa cuando me tocó estar en el otro lugar.

—¿Cuáles son las jugadoras fundamentales de la Selección?

—Cecilia (Rognoni) es irremplazable. Me parece una jugadoraza y no la sacaría del equipo por nada del mundo. Tampoco a Maggie (Aicega). Después Anabel (Gambero), Karina (Masotta) y Vanina (Oneto) también son muy importantes.

—Con Rognoni competiste por el título de mejor jugadora de 2001.

—Soy amiga de ella, hablamos muchísimo y además, en la cancha, es con quien mejor me entiendo junto con Vanina y Maggie. Cuando me llegó la invitación para ir a Malasia le avisé enseguida porque además pensaba que el premio me lo iban a dar a mí. Le mandé un mail y enseguida me contestó. Después llamó a casa cuando yo estaba en Kuala Lumpur y también un par de veces cuando volví.

—¿Qué te dijo?

—Cada vez que nos mandamos un mail nos ponemos a llorar. Me felicitó, me dijo que para ello era un orgullo jugar conmigo y todas esas cosas.

—¿Sentís que vos y Las Leonas son reconocidas por los dirigentes?

—Yo creo que después del boom de Sydney, la Confederación Argentina debió hacer algo más, debió conseguir más cosas y no apenas un par de sponsors. No sentimos el respaldo necesario. Somos las mejores del mundo y no tenemos correspondencia de parte de la dirigencia.

 

Sus favoritos

 

UN DEPORTISTA
Diego Maradona es un grande. Yo crecí con sus triunfos y con sus goles y es el personaje que más alegrías nos dio a todos los argentinos en los últimos 25 años.

UN HOMBRE IDEAL
Pete Sampras me parece muy atractivo. Pero más allá de eso, soy fanática de él porque me gusta el tenis y porque es increíble lo que consiguió.

UNA COMPAÑERA DE LAS LEONAS
Ayelen Stepnik es, además, una de mis mejores amigas. Desde hace casi 10 años compartimos muchas cosas afuera y adentro de una cancha de hockey.

 

Una mirada sobre la crisis argentina

 

Luciana Aymar y la crisis de Argentina: "Está muy difícil para todos. Vivimos con mucha incertidumbre porque nos están manejando nuestras cosas. Por eso digo que es espantoso lo que le está pasando a la gente que tiene su plata encerrada en el banco".

—¿Les creés a los políticos?

—A algunos les creo. Soy una de las que voté a De la Rúa. Tenía buenos pensamientos, buenas ideas, pero no las hizo. Igualmente ahora hay que olvidarse de él, de Menem y de todos los ex. Ahora hay que apoyarlo a Duhalde porque es el que está y aguantar la situación porque en algún momento cambiará.

 

DIARIO LA NACION

7-3-2002

JUEVES   7 de marzo de 2002
Autor: Gabriela Padín Losada
Un reconocimiento sin precedente
Luciana Aymar: la mejor del mundo
La Federación Internacional, que realiza esta elección desde 1999, nombró a la volante de las Leonas como la jugadora N° 1; es la primera vez que una deportista argentina recibe esta distinción; entre las nominadas también estaba Cecilia Rognoni

Estampa de crack: Aymar hiptoniza con su destreza y es una pesadilla para sus marcadoras
Foto: Archivo
Los cuatro mejores jugadores del mundo: la australiana Angie Skirving, el alemán Tibor Weibenborn (ambos fueron elegidos las jóvenes promesas), Luciana Aymar y el capitán alemán Florian Kunz
Foto: Reuters

El hockey sobre césped de la Argentina sigue cosechando lauros. Y ya casi no sorprende. A los últimos éxitos de las Leonas, ahora se suma el reconocimiento de la Federación Internacional de Hockey (FIH) para Luciana Aymar. La rosarina, de 24 años, fue coronada ayer como la mejor jugadora de 2001.

"Estoy más que contenta". La escueta frase de Luciana en la apertura del diálogo telefónico con LA NACION desde el hotel Sheraton, de Kuala Lumpur, era una síntesis de lo que sentía la volante del Jockey Club de Rosario. "Ya estaba conforme con la nominación. Cuando me avisaron de la FIH que tenía que viajar, me pidieron que lo mantuviera en secreto. Y aunque sabía que era casi seguro que ganaba el premio, porque sino no me hubiesen hecho venir, hasta que no me lo entregaron estaba con los nervios de punta", expresó Lucha .

La distinción, instituida por FIH en 1999 para galardonar a la N° 1 en damas, caballeros y juveniles, tiene una historia breve pero rica, puesto que consagró a jugadores del nivel de la australiana Alyson Annan por sus actuaciones en 1998 y 2000, o del holandés Stephen Veen, también en las dos ocasiones.

Aymar llegó a Malasia acompañada por la argentina Rosa de Massa, miembro del Comité Ejecutivo de la FIH. "Mi familia y mis amigos se quedaron en Rosario", agregó la figura del seleccionado de nuestro país.

El premio consiste en una estatuilla con la imagen de una jugadora de hockey. "No es muy grande, pero sí muy lindo. Creo que lo voy a poner en mi cuarto junto con todas las medallas y trofeos conseguidos", expresó Aymar.

Seguramente esa vitrina en la casa del barrio Fisherton ya debe estar casi llena, aunque su trayectoria en el conjunto nacional sea corta (debutó en 1998). Ya logró méritos más que relevantes. Entre los más destacados están la medalla de bronce de la Copa del Mundo Junior, en 1997; el título en los Panamericanos de Winnipeg 1999, y la medalla plateada en Sydney 2000. Sus logros en el 2001 fueron los que la promovieron para este flamante reconocimiento: la consagración en el Champions Trophy, de Holanda, certamen en el que, además, le dieron el premio a la mejor jugadora.

"Los chicos argentinos estuvieron divinos. Eran una banda , cantaban, me gritaban. Fue muy lindo", comentó la volante de las Leonas en referencia al aliento y la presencia de los integrantes del seleccionado masculino de nuestro país que disputa el Mundial.

Lucha es una chica que privilegia sus afectos, su amor por la camiseta nacional y la del Jockey rosarino. Jugó en el Colonia de Alemania durante tres meses en 1998 (ganó la Copa de Europa), pero decidió volver. No le faltan ofertas para emigrar, pero se quiere quedar en la Argentina, aunque tenga que luchar con el irregular cobro de las becas de la Secretaría de Deporte. En lo personal, elige mantener un perfil bajo sustentado en su humildad. Es una Leona que prefiere rugir en la cancha y lo hace muy bien.

En cada torneo oficial, los entrenadores de todos los seleccionados eligen el mejor jugador de la competencia - con excepción de los de sus equipos-. Los cinco que obtienen la mayor cantidad de sufragios, son los que integran la lista de nominados. En este caso, junto con Aymar estuvo entre las elegidas su compañera Cecilia Rognoni, Nikki Hudson (Australia), Sashimi Iwao (Japón) Tetyana Kobzenko (Ucrania) y Marina Tchegourdaeva (Rusia). Entre los varones, los candidatos eran los argentinos Jorge Lombi y Mario Almada, aunque finalmente fue premiado el capitán alemán Florian Kunz. Luego de esta etapa, un grupo de periodistas, designados por la FIH, decidió el ganador entre los nominados.

El premio fue anunciado en una reunión para la prensa en el restaurante Hard Rock Cafe de la capital malaya, y luego ratificado en una cena de agasajo ante las delegaciones presentes en la 10a Copa del Mundo de caballeros. Allí, el nombre de Luciana Aymar y el del hockey argentino brilló como nunca.

 
 
Opinión
Premio a la calidad y el sacrificio
Por Gabriela Padín Losada

Que Luciana Aymar haya sido distinguida como la mejor jugadora del mundo es el reconocimiento más justo que podía recibir una deportista de la habilidad y entereza de esta Leona rosarina. 2001 fue, además, su año de consolidación. Encontró el equilibrio entre su calidad -que deslumbra por la simpleza y seguridad con que se desplaza con la bocha- y la agresividad necesaria para que su acción termine en gol.

Pero, además de su creciemiento como jugadora, Aymar es un ejemplo de sacrificio. Vive en Rosario y, el año último se entrenaba en Buenos Aires tres veces por semana (en el Cenard). Para cumplir con la preparación que requiere el nivel internacional, se levantaba todos los lunes a las 3, viajaba en ómnibus y llegaba a la Capital Federal a las 7, para comenzar la práctica una hora después. Luego del entrenamiento, regresaba a su ciudad. Desde las madrugadas de los miércoles se repetía la rutina, pero esta vez se quedaba en Buenos Aires hasta los ensayos de los jueves... Todo este esfuerzo tenía una sola razón motivadora: vestir la camiseta nacional.

En nuestro país siempre aparece alguna jugadora que deslumbra. Primero fue Karina Masotta; luego, Cecilia Rognoni, y ahora, Luciana Aymar. Su proyección, incluso, está apuntalada por el auspicioso presente del hockey femenino. Desde que ella integra los seleccionados, tanto junior como de mayores, nunca el equipo finalizó una competencia más allá del cuarto puesto. Otro hecho que potencia su brillo.

Para definir su juego sólo se necesita una palabra: deslumbrante. Algunos goles marcados por ella son verdaderas obras de arte . Además, tiene sólo 24 años, con lo cual el porvenir es amplio y por demás promisorio.

Su prioridad es el seleccionado, pero es muy apegada a sus afectos; por eso se resiste a mudarse a Buenos Aires, y ni que hablar de irse a jugar al exterior -las ofertas son permanentes-. Se trata de una jugadora dotada que, además, tiene la suerte de estar acompañada por una excelente generación y una muy buena conducción (con Sergio Vigil). Es una elegida... y por eso, hoy, la mejor del mundo.

 

La familia es su máximo respaldo
El orgullo de la familia: Nilda y René, padres de Luciana, felices desde Fisherton
Foto: J. J. García

En la casa de la familia Aymar, en el barrio Fisherton, Rosario, sobraba la alegría. Su papá, René -comerciante-, y su mamá, Nilda -jubilada como profesora de educación física-, no podían ocultar su orgullo por el premio que le entregaron a Luciana.

Sus tres hermanos, Fernando Esteban, de 31 años, casado con Soledad; Cintia Andrea, de 27, que indujo a Luciana a practicar hockey y actualmente actúa con ella en la primera del Jockey Club, y Lucas Martín, de 21, también jugador de hockey, comparten esta felicidad y preparan la fiesta de bienvenida para la N° 1, pero el regreso al país aún no tiene fecha porque se quiere quedar para ver hasta el último partido de los varones en el Mundial.

"Empezó a jugar a los 7 años en el Club Fisherton", explicó Nilda desde su hogar, y agregó: "Practicó varios deportes: tenis, patín, natación, danza clásica... la verdad, no sé qué fue lo que no hizo. A los 13, pasó al Jockey porque todos los de la familia decidimos cambiar de club".

Aunque sus entrenadores siempre le vieron cualidades para destacarse en el deporte que la consagró, su familia prefirió no explotar esto. "De Cintia (su hermana mayor), también nos decían que tenía condiciones y después, por una rotura de ligamentos, las cosas no se le dieron. Yo, lo que destaco -continuó Nilda- es el sacrificio que hace. Levantarse a las tres de la mañana para ir a entrenarse a Buenos Aires es un esfuerzo enorme".

Más allá de sus obligaciones como jugadora, Lucha Aymar intenta, en la medida que los compromisos con el seleccionado se lo permitan, cursar la carrera de profesora de Educación Física en el Instituto Privado José de San Martín, de Rosario, en el cual está becada y se le otorga la ventaja de rendir como alumna regular, aunque muchas veces no pueda asistir a las clases. De todos modos, la carrera se hace lenta. Pasó a tercer año, pero todavía debe muchos exámenes. "Nosotros le insistimos para que no descuide el estudio -agregó su mamá-, pero entendemos que ahora no puede con todo".

Aunque la necesidad de protegerla les haya hecho no estar muy de acuerdo con sus viajes a Buenos Aires a los 16 años, para integrar el seleccionado juvenil, los Aymar apoyan, con orgullo, la carrera de Luciana desde el inicio. Cuando pueden, la acompañan a los torneos. "Ahora se está acostumbrando, pero al principio, extrañaba mucho", dijo Nilda, que fue la única de la familia que compartió con ella la conquista de la medalla plateada en Sydney 2000. Igual, aunque no estén presentes, Luciana sabe que en su familia encuentra el máximo respaldo. Independientemente de los premios, para ellos, siempre fue la mejor...

DIARIO CLARIN

HOCKEY S/CESPED
Aymar N° 1
La volante de Las Leonas fue elegida, a los 24 años, como la mejor del mundo de 2001. Un premio justo para una jugadora diferente, que desde hace cuatro temporadas es figura excluyente de la Selección.

KUALA LUMPUR, MALASIA. ESPECIAL.

 
EL GRITO DEL ALMA. LUCIANA AYMAR Y EL FESTEJO DE CARA A SOLEDAD GARCIA. FUE SU GOL ANTE CHINA, DURANTE LOS JUEGOS DE SYDNEY QUE TERMINARON CON LA HISTORICA MEDALLA DE PLATA DE ARGENTINA. (Foto: Martín Acosta/Archivo Clarín)


 

Los indicios eran claros. Las pistas dejaban sus huellas. Los llamados a su Rosario natal, la invitación y el pasaje con destino a Kuala Lumpur tenían una sola explicación: Luciana Aymar se consagraría como la mejor jugadora de hockey sobre césped del mundo en 2001. De hecho, así fue. Por fin, ayer a la madrugada la Federación Internacional de Hockey (FIH) develó la ansiada decisión y ella mostró su humilde sonrisa en el Hard Rock Café de la capital malaya.

Las emociones se multiplicaban. Los minutos se aproximaban al instante cumbre. Y ella permanecía en las sombras, prácticamente oculta de la prensa en un rincón porque los dirigentes querían mantener el misterio hasta el final. Entonces pasaron los videos con las imágenes de los candidatos en las distintas ternas. Su corazón se volvía incontrolable. Aunque ella sabía que era la gran candidata sobre la australiana Nikki Hudson, la japonesa Sashimi Iwao, la ucraniana Tetyana Kobzenko, la rusa Marina Tchegourdaeva y hasta la propia Cecilia Rognoni, su compañera en la Selección argentina, no podía desatar sus emociones hasta el momento indicado. Y ese momento llegó. Y ella subió al escenario. Y los aplausos y los flashes la castigaron con el más dulce de los tormentos. Apareció la muy elegante holandesa Els van Breda, presidente de la FIH, y le entregó el trofeo que desde el sábado, cuando regrese a su Rosario, ella colocará en la repisa de su habitación, entre el resto de los premios ganados desde que a los 8 años tomó un palo de hockey por primera vez pero muy cerca de las dos medallas que más quiere: la de plata de los Juegos Olímpicos de Sydney y la de oro del Trofeo de Campeones del año pasado.

"Fue un momento increíble. Me puse muy contenta y casi me pongo a llorar. Pero no podía ser tan maricona", señaló Aymar ya en la madrugada malaya, desde la habitación de su hotel. Agotada pero inmensamente feliz.

—¿Qué significa este premio en tu carrera?

—Ya con la nominación estaba hecha por el sacrificio que hicimos con las chicas durante todo el año. Ahora que el premio lo tengo conmigo y que me lo llevaré a casa, me siento muy orgullosa por el reconocimiento de la FIH.

—¿En quién pensaste cuando lo recibiste?

—En mi familia, que me apoyó siempre, incluso cuando me cambié de club en 1992 (se pasó de Fisherton a Jockey), en mis amigos y en lo que va a ser mi casa cuando llegue. También pensé en Ernesto Morlan, que me enseñó muchísimo, y en Cachito Vigil, el técnico que me dio más juego.

—¿Qué te falta ahora?

—Seguir aprendiendo. Tengo que mejorar la definición, por ejemplo. Y para eso debo mirar a las mejores. ¿Quién es mi modelo? Alyson Annan. La australiana es increíble. Por más que no haya tenido un gran año, siempre la admiré.

—Este reconocimiento puede actuar de disparador para mejorar aún más tu rendimiento y el de Las Leonas.

—Antes de la nominación yo sabía qué clase de jugadora era y sabía también quiénes son las chicas que juegan conmigo en el seleccionado. Por eso ahora todo sigue dependiendo de nosotras. Si nos preparamos para ganar vamos a seguir ahí arriba.

A los 24 años, esta estudiante de Educación Física del Instituto General San Martín de Rosario se convirtió en la primera argentina que recibe esta distinción. Annan conquistó al planeta hockey en 1998, el mismo año en que ella debutó en un Mundial con el seleccionado mayor. En 1999 el premio fue para la alemana Natascha Keller, que además le quitó la ilusión a Karina Masotta. Un año después fue el turno de Vanina Oneto de estar entre las candidatas, pero Annan se convirtió otra vez en la mejor.

Llegó 2001 para que Las Leonas de Sergio Vigil quedaran en boca de todos. No les había alcanzado con el segundo puesto en el podio olímpico. En Amstelveen, Argentina logró su primera gran conquista en el Trofeo de Campeones. Y allí Aymar la rompió, como lo había hecho en la Copa Europea de 1999 jugando para el Rot Weiss Koln alemán o en la edición 2000 del Trofeo de Campeones de aquella misma ciudad holandesa, en las afueras de Amsterdam.

Aún no sabía que su increíble habilidad la llevaría a la cima. Por eso, su paso más fuerte recién lo dio ayer. Cuando el mundo del hockey reconoció oficialmente que la velocidad y la habilidad que despliega con la camiseta argentina forman, simplemente, un espectáculo aparte.

 

Qué se dijo
 

VANINA ONETO (delantera de Las Leonas)
Es un orgullo para ella y para todo el seleccionado. Lucha no sólo tiene grandes condiciones como jugadora. También es una persona muy humilde y con un gran corazón.

MARCELO GARRAFFO (ex jugador y secretario de Deportes)
Su habilidad y liderazgo la hacen una jugadora muy valiosa. Me recuerda a Maradona: espero a que agarre la bocha para que invente algo.

RODOLFO MENDOZA (ex DT del seleccionado femenino)
La elección fue totalmente justa. Aymar tiene características muy particulares que la hacen única: su juego, su fantasía y su frescura. Lucha danza en la cancha.

MAGDALENA AICEGA (defensora de Las Leonas)
Además de ser una muy buena jugadora es una excelente persona. Entrena como si no tuviese condiciones físicas ni técnicas y por su humildad no se da cuenta de su increíble talento.

ALYSON ANNAN (dos veces ganadora del premio a la Jugadora del Año)
Cuando Luciana obtuvo el premio a la mejor jugadora del Champions Trophy, la felicité en la cancha. Ahí supe que ganaría esta gran distinción.

 

ESCENARIO
Atleta de elite en universo amateur
Mariano Ryan. DE LA REDACCION DE CLARIN.
 

Un deporte que en la Argentina es el segundo más practicado por las mujeres. Un deporte que nuclea a unas 27 mil jugadoras federadas en todo el país con la salvedad que ese número representa apenas el 33 por ciento del total si se pone también en la bolsa a quienes además lo practican en colegios, countries y hasta en los clubes, de séptima división para abajo. Un deporte que tuvo su primera cancha sintética recién a fines de diciembre de 1992 y que hoy cuenta con 35, una cifra ridícula comparada con la de otros países-potencia. Un deporte que recién en abril pasado pudo poner un sponsor en su seleccionado femenino cuando la Federación Internacional había declarado zona liberada a las camisetas de los equipos nacionales allá por 1992, después de los Juegos de Barcelona. Un deporte que sólo suma tres auspiciantes (Visa, ESPN y jugos Baggio, con 750 mil pesos aportados hasta 2004) pero cuya confederación debe darle el 25 por ciento de sus ingresos a una empresa de marketing deportivo. Un deporte, el hockey sobre césped, que ayer le otorgó a la Argentina una pequeña satisfacción con la consagración —esperada, anunciada, obvia, lógica— de Luciana Aymar como la mejor del mundo.

Aymar es una atleta de elite en el universo del deporte argentino amateur. Ella, ahora, está a la cabeza de un equipo que desde su plata olímpica en Sydney apunta a hacer historia. Sin embargo, Aymar recibe 800 pesos de su beca de la Secretaría de Deportes que todavía le adeuda los pagos desde noviembre. ¿Otros apoyos? El gobierno de Santa Fe le suspendió hace un tiempo una beca semestral de 1.500 pesos y Southern Winds le daba (pasado) pasajes en avión Buenos Aires-Rosario-Buenos Aires para entrenarse con Las Leonas. Ahora, los 300 kilómetros entre ambas ciudades los cubre en micro y el boleto se lo paga su club, Jockey. Entonces, en el arranque de un año de entrenamientos con el seleccionado, por ejemplo, sale de Rosario a las 3 de la mañana para llegar al CeNARD a las 8. Allí practica, duerme y vuelve a estar a las órdenes de Sergio Vigil el jueves para de inmediato emprender el regreso.

De todos modos, su situación no cambiaría si desplegara su magia en el exterior. Hoy hay apenas siete jugadores argentinos de ambos seleccionados mayores jugando en España y Holanda y quien más gana no embolsa más de 1.200 dólares mensuales. ¿Algunas comparaciones que en éste caso son odiosas? Juan Sebastián Verón, por ejemplo, cobra más de 300 mil dólares mensuales en Manchester, Emanuel Ginóbili suma unos 75 mil en Kinder Bolonia, Marcos Milinkovic gana alrededor de 22 mil en Asystel Milano y a Agustín Pichot, Bristol le acredita en su cuenta unos 20 mil dólares por mes.

Números, números y más números. Para entender el significado de un premio que para la protagonista representa el esfuerzo de 16 años. Otro número. Apenas eso para quien sólo piensa en eludir rivales. Sólo eso.

 

6-3-2002

Luciana Aymar fue distinguida como mejor jugadora del mundo de hockey
La talentosa integrante del seleccionado argentino recibió el reconocimiento por su destacado desempeño durante el 2001

KUALA LUMPUR, Malasia.- La argentina Luciana Aymar fue distinguida como la mejor jugadora del mundo del 2001 por la Federación Internacional de Hockey (FIH), se informó hoy oficialmente en Malasia, donde se desarrolla la décima Copa del Mundo de varones.

Aymar, que nació en Rosario el 10 de agosto de 1977, es jugadora del Jockey Club de Rosario e integrante del seleccionado nacional que ganó el Champions Trophy el año último en Holanda, y que obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Sydney en el 2000.